miércoles, 24 de noviembre de 2010

“La riqueza debería quedarse en manos de la gente que la producimos”



Entrevista a Cayo Lara en la revista de Cooperativas Agro-alimentarias Castilla-La Mancha

19/11/2010

“La protección del medio natural y de la lucha contra el cambio climático tiene que ver con la agricultura y la ganadería” “Los agricultores tienen que ver reconocida y valorada su labor, principalmente a través de unos precios justos” “Cooperativas deben dar un paso más allá que la mera colaboración entre productores disgregados” “No hay que resignarse, hay que seguir trabajando; impulsando e innovando con nuestros productos, exigiendo a los poderes públicos un mayor compromiso”

Cayo Lara Moya (Argamasilla de Alba, Ciudad Real, 1952) es miembro del Partido Comunista de España (PCE) y coordinador federal de Izquierda Unida (IU).


Agricultor de profesión, fue uno de los impulsores del sindicato COAG. Fue alcalde de Argamasilla de Alba entre 1987 y 1999. Desde 2000 es coordinador general de IU de Castilla-La Mancha. Como tal ha sido en una ocasión (2007) candidato a la presidencia de la Junta de Comunidades, sin obtener escaño.


En noviembre de 2008 es nombrado coordinador federal de IU a nivel nacional, como sucesor de Gaspar Llamazares al frente de la organización, con un 55% de los votos.


Cayo Lara destaca por su vinculación con el ámbito de la agricultura y con la región, por lo que le hemos pedido que comparta y exponga las principales líneas de trabajo de IU en este importante sector de la economía española.


Pregunta.-  ¿Cuáles son sus orígenes agrarios?


Respuesta.- En mi juventud tuve una participación muy activa en el movimiento agrario en la comarca de la Mancha y en la provincia de Ciudad Real. Aquellos fueron tiempos muy movidos, y tuve una muy intensa implicación en las huelgas de campesinos de los años 1976 a 1978.  Entendí que la gente del campo tenía, y sigue teniendo, una serie de problemas que a pesar de los años transcurridos, siguen siendo muy parecidos. Y así, entre brega y brega, en 1984 pasé a la dirección estatal de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG).


P.-  ¿Cuál es la influencia de estos orígenes en su concepción de la gestión política?


R.- Desde muy joven llegue a la convicción de que la riqueza debía quedarse mayoritariamente en manos de la gente que la producíamos que éramos, sobre todo, los agricultores. Esta convicción me llevó a ser un gran defensor de la actividad política, y que yo entiendo que es un arte noble. Estoy en política por convicción, y por eso creo que es necesario reforzar la política frente a los poderes financieros que la han doblegado. Además, la corrupción en la vida política ha provocado un desapego por parte de muchos. Esa gente, la que ensucia la vida pública, es la que está desprestigiando la política. Y eso no puede ser, pues no todos somos iguales. Yo creo que hay mucha gente buena, pero también es necesario apartar a esos elementos nocivos, por lo que se hace necesaria una regeneración de la vida pública en su conjunto.  


P.- ¿Qué papel deben desempeñar los sindicatos agrarios en el desarrollo rural?


R.- Los sindicatos agrarios deben ser los agentes y organizaciones fundamentales a través de los cuales se articule la defensa y promoción de los intereses económicos y sociales de los agricultores y ganaderos en general. En ese sentido deben jugar un papel crucial para el presente y el futuro de un sector de nuestra economía, que cuenta con valores añadidos, pero viene sufriendo una crisis estructural que se está acentuando con la crisis general del sistema capitalista.


 P.-  ¿Cree que lo están cumpliendo?


R.- En general sí, aunque se echa de menos una mayor influencia a la hora de decidir y configurar las grandes líneas estratégicas de las políticas agrarias de la Unión Europea.


Tampoco se ha conseguido romper con el injusto reparto de la inversión y las subvenciones concedidas desde Europa, el 20% de los agricultores y ganaderos siguen recibiendo el 80% de las cantidades destinadas a las explotaciones, aunque en este aspecto no son los sindicatos los mayores responsables, ni todos los sindicatos tienen la misma responsabilidad.


P.-  Desgraciadamente los sindicatos están en tela de juicio por la tesitura política y económica española, ¿comparte esta valoración?


R.- Los sindicatos y los partidos políticos tenemos funciones diferenciadas. No creo que deba yo meterme a analizar si lo sindicatos lo hacen bien o mal. No obstante, sí creo que están haciendo un esfuerzo tremendo por aportar elementos positivos para que esta crisis de proporciones pavorosas dañe lo menos posible a los trabajadores. Los sindicatos, al menos las fuerzas sindicales mayoritarias, han hecho un gran esfuerzo negociador que no ha tenido su reflejo en la posición prepotente de la CEOE, ni tampoco en la del Gobierno de Rodríguez Zapatero, como estamos viendo. Ahora lo fácil es denigrar a los sindicatos, pero eso tiene un objetivo, y es quebrar las defensas laborales de los trabajadores y trabajadoras, y quien se apunte a ese vendaval reaccionario, debiera explicar sus motivos. 


P.-  ¿Piensa que los sindicatos agrarios no están valorados como debieran?


R.- Los sindicatos agrarios entre los agricultores y los ganaderos si están valorados. El problema es que en nuestro país este sector no parece preocupar demasiado a los medios de comunicación, y sin embargo hay cuestiones fundamentales cuestionadas a él: una parte, no pequeña, vinculada a la protección del medio natural y de la lucha contra el cambio climático tiene que ver con la agricultura y la ganadería; la garantía de la soberanía alimentaria esta relacionada con la forma en la que se apoya nuestra producción agrícola y ganadera y la articulación de hábitat rural tiene bastante que ver con la viabilidad de las explotaciones campesinas.


P.- ¿Qué política agraria se debería poner en marcha en España?


R.- Europa (y por tanto España) debe renovar su apuesta estratégica por la agricultura, garantizando un mínimo de abastecimiento alimentario en el marco de la soberanía alimentaria y la preservación del medio ambiente y el medio rural. Los agricultores tienen que ver reconocida y valorada su labor, principalmente a través de unos precios justos para sus productos, lo que hace imprescindible desarrollar políticas de estabilización de los mercados.


En IU tenemos claro que, desde la base del modelo de agricultura social: profesional, sostenible, multifuncional y basada en la explotación familiar agraria, no todos los caminos a seguir son válidos para hacer frente a los nuevos desafíos sociales, ambientales y económicos que se presentan a la sociedad moderna. Por ello proponemos un nuevo marco de comercialización agroalimentaria, justo y transparente, que contribuya a una mayor participación de los productores en la cadena agroalimentaria y en el valor de los productos, que tenga en cuenta los costes de producción y la renta de los agricultores y los consumidores, de tal forma que articule mecanismos de control de precios en la cadena agroalimentaria, contemplando una Comisión de Examen de Prácticas Comerciales con la participación de los agentes implicados, entre ellos las Organizaciones Profesionales Agrarias y de Consumidores más representativas.


Para IU es vital también, la visibilización del trabajo de las mujeres, lo que supone la aplicación definitiva de la ley de Igualdad, así como el apoyo a la incorporación de agricultoras y agricultores jóvenes, que eviten el despoblamiento y el envejecimiento de la población rural. Sería conveniente, para ello, incrementar tanto el nivel de ayudas a la incorporación, como el número de beneficiarios para contrarrestar la elevada salida de activos que se producirá en el futuro por razones de edad.



P.- ¿Qué peculiaridades debería tener la política agraria que se implantara en Castilla-La Mancha, según el programa de IU?


R.- Fundamentalmente un apoyo real a las explotaciones agrícolas y ganaderas familiares, que garantice su renta y su calidad de vida incluso en situaciones de crisis, bajos precios o pérdida de cosechas. Esto junto a las propuestas anteriores para la incorporación de los y las jóvenes a la agricultura y la ganadería, es la única garantía para el futuro del campo en nuestra región.


P.- En Castilla La Mancha, un territorio que usted conoce muy bien, se está llevando a cabo en este momento la integración de las Cajas Rurales ¿qué papel cree usted que está jugando el gobierno regional en este importante movimiento financiero? ¿cómo lo valora?


R.- Tras el lamentable episodio vivido con la CCM, que se ha acabado convirtiendo en un banco, la Región se ha quedado sin una entidad financiera y de crédito de referencia regional que colabore en su desarrollo estratégico. Ante esta situación, la primera opción de IU es el despliegue de una banca pública. La caja de ahorros, antes que privatizarla tras sanearla con dinero de todos, podría haber sido un modelo de referencia en este sentido. Sin renunciar a una banca pública más necesaria que nunca, como proceso complementario compartimos la necesidad de que las cajas de ahorro se configuren en  una entidad de trabajo y referencia regional para ayudar al desarrollo y la salida de la crisis. Esto es justamente lo contrario de lo que ha hecho el Gobierno de acuerdo con el PP, cuyas medidas llevarán a la privatización de las Cajas de Ahorro y a la entrega del 50% del crédito y del ahorro de este país a la gestión de los bancos privados


P.-  ¿Qué papel juega una cooperativa, en su opinión, en el desarrollo económico y social de un municipio?


R.- Las cooperativas han sido muy importantes en el medio rural, porque han servido para que los agricultores hayan obtenido un mejor rendimiento de su trabajo y esfuerzo, algo muy difícil de conseguir si tuvieran que buscarse la vida por separado. Aún así, a las cooperativas les queda mucho recorrido, pues deben hacer frente al proceso de transformación de sus productos, que es donde se consigue un mayor valor añadido, buscar sus propias redes de comercialización para evitar intermediarios y buscar un mayor aprovechamiento de los recursos naturales sin poner en peligro los mismos.


 En España es inimaginable un municipio en el ámbito rural sin su cooperativa, que suele ser la empresa más grande del pueblo. El sector agroalimentario en Castilla La Mancha debe jugar un papel fundamental en la recuperación económica para salir de la crisis, una vez, que ya se ha agotado el boom del ladrillo.


P.- ¿Cuáles son los principales problemas que detecta en las cooperativas?


R.- Los que acabo de decir, problemas en desarrollar nuevos proyectos, problemas en conseguir unos precios razonables para sus productos, problemas de financiación para la cooperativa y sus socios, y la falta de políticas públicas de planificación y asesoramiento sobre los cultivos y explotaciones, que les permita vivir dignamente con el fruto de su trabajo y esfuerzo.


P.-  ¿Cuál  es la fórmula para atajarlos?


R.- Los propios cooperativistas deben ser conscientes de sus posibilidades, deben colaborar en el desarrollo de su cooperativa, y si le añadimos unas políticas claras y sensatas desde las Administraciones Públicas para favorecer y fortalecer el sector agroalimentario, se pueden conseguir buenos resultados para la reindustrialización y despegue económico de las zonas rurales.


P.-  ¿Cuál, según usted, serían sus virtudes?


R.- Nuestra idea del Cooperativismo va un poco más allá del actual modelo, porque consideramos que las cooperativas como medio de producción social de bienes y servicios, es mucho mejor que otros modelos de explotación del hombre por el hombre. En esa línea, la Cooperativa surge como un medio de organización social y de producción  muy superior a las viejas relaciones patrono-jornalero, amo-criado.


Además, esta vinculación del conjunto del municipio en el impulso de su cooperativa, le da otras potencialidades sociales, culturales y humanas. Por eso, pensamos que las actuales cooperativas deben dar un paso más allá que la mera colaboración entre productores disgregados. 


P.-  El gran problema que tiene las producciones agrarias, que son los precios por debajo de costes, ¿como se podría atajar?


R.- Nuestras medidas pasan por la defensa de las ayudas acopladas a la producción, por activo agrario y vinculadas al modelo social de agricultura, así como por el establecimiento de límites máximos a las ayudas directas. Estos límites se deberían implementar por activo agrario que trabaje en las explotaciones y de forma decreciente, es decir, a mayor tamaño de la explotación menor límite por activo. Desde IU rechazamos la ampliación de los porcentajes de recorte obligatorio desde el 5% al 13%, ya que esta medida está perjudicando a muchos agricultores profesionales que cada vez ven más reducida la rentabilidad de sus explotaciones. Finalmente, creemos que hay que fortalecer las medidas de regulación de los mercados, y estoy hablando de una mayor intervención. Desde IU, también apostamos por el mantenimiento de las cuotas lácteas a partir de 2015, así como a un rechazo del incremento generalizado de la cuota a nivel europeo.


P.-  ¿Qué papel juegan las cooperativas en el Medio Ambiente y Rural tanto a nivel nacional como regional?


R.- Sabemos que existen proyectos interesantes, como COREN en Ourense, de aprovechamiento integral de sus ciclos productivos, generando su propia energía con placas solares, biomasa, depuración de purines, y aprovechando subproductos de la transformación para mejorar y abaratar sus necesidades energéticas.


 Y ese modelo es posible gracias a su forma cooperativa, por tanto podemos decir que el desarrollo agrícola y ganadero no puede caminar de espaldas a la sostenibilidad ambiental, al uso eficiente de los recursos naturales, y que la combinación de ambas necesidades, puede dar lugar a un mayor beneficio a cooperativistas y a la sociedad en general.


Me consta, que en las negociaciones del Pacto de Castilla La Mancha, IU llevaba una propuesta de reforma de la Ley de Cooperativas, que no fue recogida en el texto final del Pacto, pero que luego retomó Barreda y casi se ha convertido en el bálsamo de Fierabrás para curar los males del sector agrario en la región.


P.-  El sector cooperativo está atomizado ¿qué fórmulas propone IU para fomentar las grandes cooperativas e integraciones empresariales en este sector?


R.- Primero ir paso a paso, fomentar el cooperativismo no solo en la agricultura, también en el transporte, la industria, el sector bancario, los servicios a la comunidad, etc… y buscar su normal relación, aprovechando sus sinergias, y buscando otra forma de interrelación económica y social que supere al actual capitalista y especulador, que es el que está detrás de buena parte de la ruina de los agricultores de nuestro país.


Y para eso se le debe dar un impulso desde los poderes públicos, dándoles cierta prioridad a la hora de contratar bienes o servicios; la Administración mejorando su financiación, y ampliando hasta el 100% las capitalizaciones de las prestaciones por desempleo cuando sea para formar cooperativas o SAL.


La integración de otras empresas mayores se debe hacer con cautela, para no desnaturalizar la función económica y social de las cooperativas, y para evitar que se conviertan en rehenes de mayoristas y especuladores.


P.- ¿Qué mensaje, en estos momentos de crisis, les transmitirías a los cooperativistas castellano-manchegos?


R.- Primero, que no se pierda la esperanza, pero con ello no basta. No hay que resignarse, hay que seguir trabajando; impulsando e innovando con nuestros productos, exigiendo a los poderes públicos un mayor compromiso y por supuesto, teniendo en cuenta quien está ofreciendo alternativas a nuestros agricultores y ganaderos, y como las sucesivas políticas neoliberales del PSOE y del PP hacen que cada vez esté peor la situación en el campo. Ahora, más que nunca, nuestro medio rural necesita de una alternativa de izquierdas verdadera.


R.- Estamos por una profunda revisión de la Política Agraria Comunitaria (PAC) de la UE. Entendemos que ésta debe estar dirigida hacia el derecho de todos los pueblos del mundo a decidir sobre su política agrícola por sí mismos, en el entendimiento de un completo respeto al medio ambiente.  


Nos oponemos a todo cambio en la PAC que amenace políticas públicas agrícolas. La agricultura ha de estar fuera de las negociaciones de la OMC porque nos oponemos a que la agricultura se convierta cada vez más en un campo de juego para los actores neoliberales y a las medidas liberalizadoras a escala mundial.


La política agraria desarrollada hasta el momento ha considerado la eliminación de empleo en el sector agrario como algo positivo que favorecía la competitividad de la agricultura, sin tener en cuenta las consecuencias sociales y económicas que este declive tenía en muchas zonas rurales. Esta evolución ha comprometido el desarrollo de los territorios rurales, cortando el vínculo entre agricultura e industria agroalimentaria y provocando la deslocalización de esta última.


El impacto de la PAC en España no ha sido positivo y esto se ha agravado con la reforma de 2003 y sus adaptaciones específicas para el caso español. La población activa en la agricultura ha descendido en un 8% y se sitúa en el 4% del conjunto de la población activa. La renta agraria es el 65% de la media de renta de los diferentes sectores productivos.


Resultado de estas políticas es la clamorosa injusticia que supone el diferencial de precios entre lo pagado al agricultor y lo que paga el consumidor, que hoy se sitúa entre el 400 y el 500%.


La dependencia de nuestra agricultura de las importaciones es creciente, precisamente por el paradigma en el que se basa la PAC, en el que lo importante son los precios baratos. Pero la entrega del comercio agrícola a los grandes monopolios y la consiguiente especulación ha hecho quebrar ese paradigma.


El modelo de agricultura de Izquierda Unida no es el que se configura con la actual PAC, el modelo de IU supone un territorio rural ocupado de manera armónica por miles de personas dedicadas a la agricultura y la ganadería. Un sector productivo conformado por hombres y mujeres que de forma directa y personal viven de su trabajo en el campo con unas condiciones justas para mantener un medio rural vivo. Los apoyos públicos siempre que sean necesarios, y los derechos de producción en su caso, deben dirigirse a favor de este modelo social de agricultura. La alimentación debe ser considerada un elemento estratégico para el conjunto de la sociedad y así se explica la necesidad de políticas públicas para mantener un modelo social de agricultura y alimentación.


Que opina de:


  • José María Barreda, presidente de la JCCM: Traerá a la derecha
  • María Dolores de Cospedal, presidenta PP Castilla-La Mancha: Presidenta sin ganarlo
  • Daniel Martínez Sáez, Coordinador IU Castilla-La Mancha: Hombre del pueblo
  • José Bono Martínez: La vanidad personificada
  • Andrés Gómez Mora, Pte. de Caja Rural de Toledo): Presidir una caja, no le impide coger el tractor.
  • Luis Díaz Zarco, Pte de Caja Rural de Ciudad Real): Un conocido afable
  • José María Fresneda, secretario de Asaja: Siempre con CCM
  • Julián Morcillo, secretario de UPA: Presente y futuro del sindicalismo agrario.
  • Fernando Villena, Pte. de Asaja: Amigo de derechas
  • Alfonso Marín Salcedo, secretario de COAG-IR: Una incógnita en el sindicalismo agrario.
  • Ángel Villafranca, Pte. Cooperativas Agro-alimentarias Castilla-La Mancha: Defensor del cooperativismo


De cerca


  • Se considera sobre todas las cosas: Honesto
  • El mejor momento del día: El amanecer
  • Tiene miedo:  A la indiferencia ante la injusticia
  • Un deseo personal:   Una sociedad fraternal
  • Y profesional: Una alternativa de la izquierda real.
  • Un sueño:  Acabar con el hambre y la incultura
  • El dinero es: El virus del ambicioso.
  • Una afición:  El cine
  • Un personaje:  Miguel Hernández
  • Siempre dice no…  A la corrupción
  • Detesta:  La egolatría
  • Con lo que más disfruta: Cuando los trabajadores sienten esperanza.

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