jueves, 21 de noviembre de 2013

Meyer califica la reforma de la PAC aprobada como "oportunidad pérdida" y defiende "la necesidad de una PAC radicalmente distinta de la actual"


El Parlamento Europeo aprobó hoy los cuatro informes que  componen la reforma de la PAC que estará vigente durante  el periodo 2014-2020 con los votos a favor de liberales, socialdemócratas y populares y un "contundente rechazo de la izquierda por no ser la PAC que la agricultura y ganadería necesita urgentemente y por suponer una lamentable oportunidad pérdida". 
 
"Hoy es un día muy triste para la inmensa mayoría de las y los agricultores y ganaderos europeos, así como para las y los empleados agrarios. Se ha concluido una reforma de la PAC para el periodo 2014-2020 que no abordar los principales problemas que están desangrando y desarticulando este sector estratégico en Europa: no se modifica la lamentable distribución y deslegitimación actual de los pagos directos, ni se aborda los graves problemas para una renta agraria remuneradora y se sigue profundizando en la  desregularización y liberalización del sector a pesar de haber demostrado ser una epidemia que solo produce el abandono de explotaciones y la concentración de la agricultura en manos de unas pocas empresas agroindustriales", señaló Meyer preocupado tras la votación.
 
Además, tras la aprobación ayer del Marco Financiero Plurianual que, en palabras de Meyer, "ratifica las políticas de austeridad hasta 2020", la PAC sufre también recortes en su presupuesto cercanos al 12% a la vez que debe incluir nuevos beneficiarios de Estados miembros como Croacia.
 
"Ni tan siquiera se ha respetado, bajo amenaza por parte del Consejo Europeo de bloqueo de la reforma y retraso de los pagos de las ayudas del 2014, la limitada y modestísima propuesta del Parlamento para establecer un techo máximo de ayuda por receptor para intentar poner fin a la escandalosa distribución y que, en España, supone que más del 70% de las ayudas vayan a parar al bolsillo de menos del 20% de los agricultores".
 
En ese sentido desde el GUE/NGL, grupo parlamentario de IU en la eurocámara, se había planteado la limitación a 100.000 euros anuales y la reducción progresiva de las ayudas utilizando el ahorro en el Estado miembro que se genera para fortalecer mecanismos públicos de intervención que permitan corregir los enormes problemas que sufre en un sector vital y estratégico para todos los ciudadanos europeos y  reforzar los fondos de desarrollo rural para evitar el abandono rural y las graves deficiencias en las comunidades rurales.

Asimismo, Izquierda Unida lamenta que, con el voto a favor a los compromisos de los eurodiputados populares y socialistas, se hayan rechazado enmiendas tan significativas para cientos de miles de ciudadanos españoles como la toma en consideración de la discriminación estructural que sufren los trabajadores asalariados agrarios, temporales o de campaña, la necesidad de reforzar el apoyo a las pequeñas explotaciones, o de facilitar y trabajar por modelos de agricultura de bajos insumos como la agricultura ecológica.
 
Por todo ello Meyer ha concluido señalando que "Izquierda Unida seguirá trabajando codo con codo con la mayoría de agricultores y ganaderos, por conseguir una PAC radicalmente distinta a la actual. Una PAC que sea verdaderamente un instrumento útil y efectivo para la consecución de la seguridad y soberanía alimentaria, a través de una agricultura y ganadería medio y socialmente sostenible, con la regulación e intervención pública como única vía para conseguirlo y para asegurar precios justos y rentas remuneradores".  

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